martes, septiembre 13, 2011

Dormir algo inflexible.

Estoy en un punto algo inflexible de la vida. Inflexible, porque la rigidez de los días y las estructuras donde me muevo no permiten que me convierta en aire y me pueda expandir, a pesar de que a veces sueño, y mientras desdoblo el dormitar y lo confundo con el cuerpo de quien yace a mi lado en estos días, aún debo contener las ganas desbordadas de remontar el espacio convertido en gas y en amor. Aunque extiendo mis brazos y me anclo a su espalda, y ahí me quedo, terrenal y somnoliento, juntando mis labios con los suyos mientras duerme.

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