jueves, julio 17, 2008

Horner y su visión republicana: el dinero está detrás de las teorías catastrofistas sobre el clima

El abogado estadounidense Chris Horner, miembro del Partido Republicano de EEUU -catálogado como "el diablo" según la ministra del Medioambiente española- dispara una vez más sobre el ambientalismo mundial en este artículo de Miguel Gomez para El Dia.es
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Chris Horner relaciona los grandes intereses empresariales y la "politización de la ciencia" como el consenso sobre el cambio climático. Por MIGUEL GÓMEZ, Adeje. El Día.es

El californiano Chris Horner es una de las voces más críticas contra el aparente consenso que existe alrededor del cambio climático. Miembro del Instituto Competitivo de la Empresa y abogado del Estado en Washington, Horner refuta la extendida idea de que son los detractores de las teorías que relacionan actividad industrial y calentamiento global quienes cuentan con el apoyo de los grandes intereses empresariales. Todo lo contrario, sostiene que para saber quién está detrás de las tesis más "alarmistas" es necesario "seguir la corriente del dinero".

La lucha contra el cambio climático y el respaldo a las directrices del Protocolo de Kyoto "tuvo un origen ideológico, pero luego empresas como Enron y BP comprendieron que había mucho dinero en juego". Horner revela la existencia de un memorando interno de Enron, fechado en el año 1997, en el que se dice que el protocolo recoge las aspiraciones de la empresa y todo aquello por lo que había estado haciendo presión. "Si se consigue implementar va a hacer más por el negocio de Enron que ninguna otra iniciativa reguladora que modifique la estructura del gas y la energía en Europa y Estados Unidos. Esta posición deberíamos ir cultivándola cada vez más y sacarle partido económico", reza el texto remitido a un alto cargo de la entidad gasista.

Según el abogado norteamericano, el alarmismo medioambiental beneficia a las empresas porque crea un nuevo mercado para algunos productos que aún carecen de él, como los molinos de energía eólica, promociona otros que necesitan mejorar su aceptación popular, como la energía nuclear, y mejora el posicionamiento de otros, como el gas. En cuanto al caso concreto de Enron -para la que Chris Horner trabajó-, se dedicaba principalmente al gas natural, pero compró las mayores empresas de energía eólica y solar y, una vez adquiridas, "trató de tener una agenda política que les diera valor".

La articulación de un "falso consenso" acerca del cambio climático, sus causas y consecuencias está siendo uno de los motivos centrales del curso centrado en esta materia que ofrece la Universidad de Verano de Adeje. Horner se muestra escéptico respecto a la "legitimidad" de esta posición aparentemente unánime. En primer lugar, recuerda que "la propia idea del consenso proviene del mundo de la política, no de la ciencia. En ese sentido, la ciencia ha sido claramente politizada", expone.

La instrumentación política que denuncia el abogado estadounidense se refleja, a su entender, en el sistema de votos por el que se alcanza el acuerdo. "Los más de 2.000 científicos que han llegado a ese consenso no han estado dirigidos por un científico, sino por un economista. [Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)]. Si investigamos de qué tipo de científicos se trata nos encontramos con casos, por ejemplo, como instructores de políticas de transporte, asistentes universitarios en antropología y en la dimensión humana del cambio medioambiental y cosas por el estilo. Parece más bien el consenso de una nomenclatura", explica.

Histeria

En el caso del calentamiento global, los datos y las actitudes no se ponen de acuerdo, indica Chris Horner, quien, en este sentido, recuerda que en los últimos diez años se ha producido una "rápida y asombrosa escalada en el histerismo" respecto al cambio climático, mientras que en el mismo periodo se ha dado un enfriamiento, un descenso de las temperaturas.

"Especialmente en los últimos tres años, el número de artículos científicos que cuestionan ese consenso se ha ido incrementado cada vez más, pero lo curioso es que de eso nunca se oye hablar, porque se supone que el debate ya se ha cerrado y sobre eso no debemos hablar". A este respecto, Horner ironiza con el hecho de que, pese a que supuestamente se ha cerrado el debate, siguen invirtiéndose millones de dólares en investigaciones relacionadas con el cambio climático, más que en otros problemas como el del sida.

El ex vicepresidente americano Al Gore, principal adalid de la lucha contra el calentamiento global, es considerado por Chris Horner "el mejor contrincante que podía imaginar", dado que sus "evidentes contradicciones" terminan volviéndose contra sus argumentos. "Dice a los negros que paren de tener hijos y él tiene cuatro perfectamente rubios, dice a la gente que sólo debe tener una casa y pequeña y él tiene cuatro", relata a modo de ejemplo.

Sobre la postura que pudiera adoptar Barak Obama si finalmente resulta elegido presidente del Gobierno de EEUU, Horner advierte de que "el problema es que nadie sabe cuál es su posición o qué es lo que hará". De cualquier manera, el abogado -que apuesta más bien por el candidato republicano- apostilla que "cualquiera que diga que está seguro de quién va a salir elegido tiene tanta credibilidad como quien les diga que está seguro de cuál será el futuro del clima".

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